lunes, 18 de septiembre de 2006
En el cielo está el paraíso, en la tierra Suzhou yHangzhou
Así describen los proverbios chinos a esta ciudad ubicada en el lago Oeste de la Provincia de Zhejian, donde parques y zonas verdes se convierten en la estampa de esta urbe. Pasear por Xi Hu, a pesar del tumulto de gentío característico de la superpoblada y gigantesca China, se convierte en una conversación con uno mismo, donde los más escondidos recuerdos son evocados al observar la nitidez y la serenidad de las aguas .
A dos horas en autobús se respira otro ambiente opuesto a las grandes edificaciones shanganianas. A pesar de que la ciudad, en cuanto superficie es similar a la de ésta.
Hanzhou linda con el río Qiantang a sur y con varias colinas al oeste, y entre ella se encuentra el Lago Oeste, Xi Hu. Aunque en sus orígenes era una laguna del río, en el S. XVII el gobernador de turno encargó su dragado y más tarde se construyó un dique para separarlo completamente del lago. Y el resultado el actual. Un lago de tres km de longitud por 3 de ancho. Flotando sobre sus aguas, un puñado de islas donde museos provinciales y palacios descansan ajenos a cualquier ruido de la ciudad. El dique Baidi, pateado completamente por mí conecta con la ciudad. Es un paseo armonioso donde a sendas veras del malecón, las tranquilas y cristalinas aguas te acompañas. Sobre ellas sólo alguna barca y cientos de lotos. En las colinas, a lo alto, lo más cerca del cielo, templos budistas, y en las orillas, árboles sujetos por troncos de bambú. Sin tregua, una ronda sin curva ni interrupción alguna más que puentes. Desnudo. Deleitable y placentero. Lugar para la reflexión.
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